El espíritu de religiosidad nos lleva a la ley que mata la vida espiritual.
El espíritu de religiosidad reduce nuestra relación con Dios a una actividad espiritual rutinaria, llena de intelecto espiritual.
El espíritu de religiosidad nos lleva al legalismo que deja ciegos e insensibles a muchos.
El espíritu de religiosidad se opone a que tengas un encuentro cara a cara con Dios.
El espíritu de religiosidad se opone a la vida EN el Espíritu.
El espíritu de religiosidad se opone al fluir de Dios.
El espíritu de religiosidad se opone a lo nuevo que gesta Dios.
El espíritu de religiosidad se opone a la vida sobrenatural.
El espíritu de religiosidad siempre se ha opuesto al avivamiento que quiere Dios.
El espíritu de religiosidad te priva de vivir la vida del cielo aquí en la tierra.
El espíritu de religiosidad te priva de la renovación espiritual.
El espíritu de religiosidad te priva de tener comunión e intimidad con Cristo.
El espíritu de religiosidad te lleva a una vida más olor a tierra que a cielo.
El espíritu de religiosidad te lleva a tener una relación incorrecta e inapropiada con Jesús.
El espíritu de religiosidad te trae muerte espiritual.
El espíritu de religiosidad genera engaño espiritual de creer que estás bien porque…
El espíritu de religiosidad te lleva a la vida EN la carne: puro lógica y criterio humano.
El espíritu de religiosidad mete mentiras espirituales a tu corazón.
El espíritu de religiosidad te lleva a una vida de juicio, crítica y dogmatismo.
El espíritu de religiosidad mata la sensibilidad espiritual.
El espíritu de religiosidad mató al Autor de la Vida y del Avivamiento.
El espíritu de religiosidad reduce el cristianismo a una vida moral y de muchos sacrificios.
El espíritu de religiosidad predica que el cristianismo es religión y NO relación.
El espíritu de religiosidad genera persecución religiosa: entre cristianos se matan.
El espíritu de religiosidad es una potestad de engaño que usa la ley para su cometido.